Mucho más que perder peso: Lo que de verdad buscan quienes llegan a la cirugía bariátrica
Hay un punto en el que la lucha con el peso deja de ser solo física. Comienza a doler por dentro. Duele la frustración de ver que nada funciona, duele la ropa que ya no cierra, duele no tener energía para jugar con los hijos, o simplemente para subir unas escaleras sin sentir que falta el aire.
En mi consulta, muchas personas llegan con esa mirada cansada. Y no me refiero solo al cansancio físico, sino a ese agotamiento que viene de intentarlo todo. Dietas, ayunos, pastillas, rutinas extremas de ejercicio, suplementos naturales, jugos detox… la lista es larga. Pero el resultado siempre es el mismo: el peso sigue ahí.
«Doctor, esta es mi última opción…»
Esa frase se repite más de lo que imaginan. Detrás de ella hay historias reales, como las de las pacientes que han compartido su testimonio en imágenes. Mujeres que no lograron perder los kilos después del embarazo. Pacientes que conviven con síndrome de ovario poliquístico, resistencia a la insulina, ansiedad, tristeza, culpa. Personas que, aun llevando un estilo de vida saludable, no logran ver resultados.
Y no se trata solo de estética. Lo que realmente buscan es recuperar calidad de vida. Dormir mejor, tener energía, sentirse bien con su cuerpo, y dejar de luchar todos los días contra el espejo o la balanza.
No se trata solo de perder peso: Las verdaderas razones detrás de la consulta
Aunque muchas personas creen que la cirugía bariátrica es una decisión ligada exclusivamente al físico, la realidad que vivo todos los días en consulta es muy distinta. Cuando alguien llega hasta mí, no lo hace solo por lo que ve en el espejo. Llega porque la vida misma se les está haciendo cuesta arriba.
En muchos casos, lo que hay detrás es cansancio crónico, de ese que no se cura durmiendo una noche completa. Es el cuerpo diciendo “ya no puedo más”. Es no tener energía para empezar el día, sentirse agotado sin hacer esfuerzos grandes, tener dolores articulares constantes y, a veces, hasta perder la motivación por actividades cotidianas.
Cuando la frustración se vuelve parte del día a día
La frustración es otro factor que aparece con mucha frecuencia. Imagina lo que es poner todo de tu parte —comer sano, hacer ejercicio, cumplir con médicos y rutinas— y aun así ver que el cuerpo no responde. Esa sensación de derrota, de que nada es suficiente, desgasta emocionalmente.
He visto cómo esa frustración se transforma en desesperanza, en pensamientos como “quizás yo no tengo solución” o “tal vez nací para ser así”. Y eso duele. Porque no es verdad. Pero cuando se ha intentado todo sin éxito, es normal que la mente también empiece a rendirse.
La salud mental también se ve afectada
En estos casos, la autoestima casi siempre está lastimada. No se trata solo de no gustarse físicamente, sino de sentirse atrapado en un cuerpo que no refleja el esfuerzo ni la verdadera identidad de la persona. Esto puede generar ansiedad, aislamiento social y en muchos casos, episodios depresivos.
Muchos de mis pacientes me dicen que ya no disfrutan salir, que evitan reuniones, que se sienten juzgados en silencio. O que simplemente ya no se sienten ellos mismos.
Condiciones médicas que complican aún más el proceso
A este cuadro emocional se le suman condiciones médicas reales que dificultan aún más el control del peso, como el síndrome de ovario poliquístico (SOP) o la resistencia a la insulina. Ambas alteran el metabolismo de forma significativa y hacen que, incluso con buenos hábitos, la pérdida de peso sea mínima o inexistente.
Estos factores no solo afectan el cuerpo, sino también la percepción de control. Cuando el organismo no responde, aparece la sensación de fracaso, pero lo cierto es que no todo depende de fuerza de voluntad.
Lo que realmente esperan recuperar
Cuando un paciente decide acercarse a una consulta bariátrica, lo que busca no es una talla menos. Busca calidad de vida. Poder moverse sin dolor, tener energía para jugar con sus hijos, volver a disfrutar de su sexualidad, sentirse pleno en su trabajo o simplemente volver a mirar el futuro con ilusión.
También hay quienes buscan mejorar su salud para cumplir el sueño de ser madre, evitar enfermedades crónicas o aumentar sus años de vida. Y eso, sin duda, es mucho más importante que bajar números en la balanza.
Un objetivo mucho más grande que lo estético
Por todo esto, siempre digo que la cirugía bariátrica no es un tema de estética, es un tema de salud, de dignidad, de recuperar la vida que muchos sienten que han perdido. La imagen puede ser un factor, claro, pero rara vez es el motivo principal.
Y ese cambio de enfoque es fundamental. Porque cuando entendemos que no se trata de vanidad, sino de vivir mejor, todo empieza a tener otro sentido.
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La historia común: Lo intentaron todo, y aun así no lo lograron
Con los años he escuchado cientos de historias, pero muchas de ellas parecen contadas con el mismo guion. Cambian los rostros, cambian los nombres, pero el relato es el mismo:
«Empecé con una dieta, luego otra. Bajé unos kilos, luego los recuperé. Fui al gimnasio, me esforcé, contraté un entrenador personal. Después probé con nutricionistas, psicólogos, médicos. Hasta tomé medicamentos que me prometieron resultados… y nada. El peso siempre vuelve. O nunca se va del todo.»
Esta es una historia común. Y te la cuento porque si estás leyendo esto y te sientes identificado, quiero que sepas que no estás solo. Ni fracasaste.





Cuando el cuerpo no responde, aunque hagas todo bien
Muchas veces, el problema no está en lo que haces, sino en cómo responde tu cuerpo. Y ahí entran en juego factores médicos que no siempre se tienen en cuenta.
Por ejemplo, hay personas con metabolismo lento debido a antecedentes familiares, o por años de dietas estrictas que alteraron su equilibrio interno. Otras tienen desequilibrios hormonales que complican el proceso desde dentro. También hay quienes arrastran genética predispuesta a la obesidad, lo que vuelve aún más difícil mantener un peso saludable solo con cambios en la alimentación o el ejercicio.
Y por supuesto, está el síndrome de ovario poliquístico (SOP), una condición que muchas mujeres enfrentan sin saber que está frenando su pérdida de peso. Esta patología suele ir acompañada de resistencia a la insulina, un trastorno que hace que el cuerpo almacene grasa con más facilidad y queme calorías con más dificultad, incluso llevando una vida saludable.
El peso no es lo único que aumenta: también la culpa
El problema es que cuando nada funciona, aparece una idea muy dañina: “Soy yo la que está fallando.”
Y no. No es así.
He visto mujeres llorar en consulta porque sienten que han hecho todo bien y aun así no logran ver cambios. Sienten vergüenza, frustración, y, sobre todo, una culpa injustificada. Como si no tener fuerza de voluntad fuera la razón de todo. Pero la verdad es que esto no se trata de disciplina, sino de un problema médico que merece ser tratado como tal.
Casos reales que reflejan esta lucha silenciosa
Una de mis pacientes, madre de una niña pequeña, llegó a mí tras años de intentar perder el peso ganado en su embarazo. Probó todos los métodos disponibles. Su vida giraba en torno a su alimentación, a la balanza, al ejercicio. Pero el peso no bajaba. Llegó sintiéndose culpable, agotada, sin energía, sin autoestima.
Otro caso que recuerdo muy bien es el de una joven con SOP que subió varios kilos luego de dejar un tratamiento hormonal. A pesar de llevar un estilo de vida saludable, la báscula seguía marcando más cada mes. Me dijo: «Estoy cansada de luchar contra mi cuerpo. Me está ganando.”
También he atendido personas con cuadros de ansiedad o depresión que terminan atrapadas en un círculo vicioso: comen para calmar la ansiedad, luego sienten culpa, se aíslan, y la angustia crece. Y con ella, el peso.
No es falta de esfuerzo. Es falta de un abordaje adecuado
Cuando escucho estos relatos, lo primero que hago es decirles esto: “Tu historia es válida. Tu esfuerzo es real. Pero quizás no estabas recibiendo el enfoque que realmente necesitas.”
La cirugía bariátrica no es una solución mágica, pero sí puede ser una herramienta poderosa cuando el cuerpo necesita ayuda médica para responder.
Lo que sí esperan encontrar en la consulta: esperanza, acompañamiento y soluciones reales
Cuando una persona finalmente decide pedir una cita conmigo, llega cargada de emociones. A veces con miedo, otras veces con esperanza, pero casi siempre con una mezcla de ambas. Lo que más desean y lo sé porque me lo han dicho cientos de veces, es ser escuchados sin juicio.
Después de años de sentirse señalados o incomprendidos, muchos de mis pacientes solo quieren poder contar su historia sin que nadie les diga: “Tienes que esforzarte más”. Porque se han esforzado. Y lo que necesitan no es que alguien les repita lo que ya saben, sino que alguien los escuche, los comprenda, y les dé respuestas reales.
Lo que realmente buscan: respuestas, no opiniones
La gran mayoría no viene a buscar una cirugía como primera opción. Viene buscando claridad. Un diagnóstico integral que le explique por qué, a pesar de todo, su cuerpo no responde como debería.
Quieren entender si hay un problema hormonal, si existe una condición médica detrás del aumento de peso, si su metabolismo está actuando en contra. Y, sobre todo, quieren saber si existe una solución médica segura y definitiva para su caso particular.
Y esa respuesta no puede ser general. Tiene que ser personalizada. Porque cada cuerpo es distinto, y cada historia también lo es.
Así es la primera consulta conmigo
Cuando te sientas frente a mí, no estás recibiendo una charla genérica. Lo primero que hago es escuchar con atención todo tu recorrido: tus intentos, tus síntomas, tu estilo de vida, tu estado emocional. Porque para ayudarte, necesito conocerte más allá del peso.
Después viene la parte médica:
- Revisamos tu historial clínico completo.
- Solicitamos estudios si es necesario (perfil hormonal, glucosa, insulina, entre otros).
- Evaluamos cómo ha impactado el sobrepeso en tu salud metabólica y emocional.
Con esa información, podemos hacer un diagnóstico preciso y claro. Y a partir de ahí, comenzamos a hablar de soluciones reales: qué opciones existen, cuáles son los riesgos, cuáles los beneficios, y qué se puede esperar del proceso.
Siempre con honestidad, sin promesas mágicas. Pero también con la certeza de que hay caminos posibles.
La cirugía no es el final, es el comienzo
Mucha gente cree que la cirugía bariátrica es el último recurso. Pero yo siempre explico que, bien indicada, es el punto de partida. No se trata de “arreglar” el cuerpo, sino de crear las condiciones para que el cuerpo vuelva a funcionar como debería.
La cirugía no reemplaza el esfuerzo del paciente, pero sí le da una herramienta poderosa que antes no tenía. Permite mejorar el metabolismo, controlar el hambre, estabilizar hormonas, y por fin, ver resultados sostenibles a largo plazo.
Y todo eso, acompañado de un equipo multidisciplinario, que sigue de cerca cada etapa del proceso. Porque en este camino, nadie camina solo.


¿Por qué Rubén Luna es una opción confiable para este proceso?

Tengo el privilegio de acompañar, desde hace más de 15 años, a personas que decidieron transformar su vida a través de la cirugía bariátrica. Lo hago desde un enfoque integral, donde el paciente no es un número, sino una historia única que merece ser escuchada y atendida con respeto. Trabajo junto a un equipo multidisciplinario conformado por médicos, psicólogos y nutricionistas que me ayudan a abordar cada caso desde lo físico, lo emocional y lo metabólico.
Mi compromiso va más allá del quirófano: acompaño de cerca cada etapa, desde la primera consulta hasta el seguimiento postoperatorio, priorizando siempre la seguridad, la ética médica y el bienestar de quienes confían en mí. Lo que ofrezco no es solo una cirugía, sino la posibilidad real de comenzar una vida diferente, con salud, dignidad y plenitud. Los testimonios reales que compartimos en este blog reflejan lo que sucede cuando ese proceso se hace con responsabilidad, humanidad y experiencia.
Preguntas frecuentes sobre la cirugía bariátrica
1. ¿Qué es exactamente la cirugía bariátrica y en qué consiste?
La cirugía bariátrica es un conjunto de procedimientos quirúrgicos diseñados para ayudar a las personas con obesidad a perder peso de manera sostenida. Su objetivo principal es modificar el sistema digestivo para generar cambios fisiológicos que faciliten la pérdida de peso, mejoren el metabolismo y reduzcan el riesgo de enfermedades asociadas. Dependiendo del tipo de cirugía, se puede reducir el tamaño del estómago, modificar el tránsito intestinal o ambos. Pero más allá del cambio anatómico, esta cirugía produce un efecto hormonal y metabólico que permite mejorar condiciones como la diabetes tipo 2, la resistencia a la insulina, la hipertensión y el colesterol alto, entre otras. No es una solución mágica, pero sí una herramienta potente cuando se usa de forma adecuada.
2. ¿Quiénes son candidatos ideales para una cirugía bariátrica?
Los candidatos ideales son personas con índice de masa corporal (IMC) mayor a 40, o superior a 35 si presentan enfermedades asociadas como diabetes, apnea del sueño, hipertensión arterial o síndrome de ovario poliquístico. También deben haber intentado previamente métodos conservadores de pérdida de peso —como dietas, ejercicio, medicamentos— sin obtener resultados sostenibles. Además, es fundamental que el paciente tenga una comprensión clara del proceso, esté dispuesto a realizar cambios en su estilo de vida y cuente con el acompañamiento médico adecuado. La decisión final se toma siempre luego de una evaluación integral.
3. ¿Cuáles son los tipos de cirugía bariátrica más comunes?
En mi práctica, los procedimientos más comunes son el bypass gástrico y la manga gástrica (gastrectomía en manga). La manga consiste en reducir el tamaño del estómago hasta en un 70-80%, lo que disminuye la capacidad de ingesta y regula hormonas del apetito. El bypass gástrico, por otro lado, además de reducir el tamaño del estómago, modifica la ruta del intestino delgado, lo que genera una menor absorción de calorías y también un efecto metabólico más fuerte. La elección del procedimiento depende del estado de salud del paciente, su historia clínica, sus hábitos y sus objetivos.
4. ¿La cirugía bariátrica es reversible?
Depende del tipo de cirugía. Algunos procedimientos, como el bypass gástrico, no son reversibles, ya que implican cambios permanentes en la anatomía del sistema digestivo. Otros, como algunas técnicas de banda gástrica (que hoy en día se usan mucho menos), sí pueden ser reversibles. Sin embargo, es importante entender que la cirugía bariátrica debe asumirse como un compromiso a largo plazo, no como una solución temporal. Se trata de una herramienta médica definitiva que puede transformar la vida de una persona, siempre que esté acompañada por un cambio profundo en hábitos y seguimiento profesional constante.
5. ¿Qué riesgos tiene la cirugía bariátrica?
Como cualquier cirugía, la bariátrica implica riesgos. Sin embargo, cuando se realiza en manos expertas y con los cuidados adecuados, el procedimiento es altamente seguro. Entre los riesgos posibles se encuentran infecciones, sangrado, trombosis o complicaciones relacionadas con la anestesia. En el largo plazo, puede haber deficiencias nutricionales si no se cumple con la suplementación indicada. Por eso, el seguimiento es clave. Todos mis pacientes pasan por una evaluación exhaustiva antes de ser operados, y tienen un plan de control después de la cirugía para minimizar cualquier complicación y asegurar una recuperación adecuada.
6. ¿Cuánto peso se pierde con la cirugía bariátrica y en cuánto tiempo?
La pérdida de peso varía según el tipo de cirugía y el perfil del paciente, pero en general se espera que una persona pierda entre el 60% y el 80% del exceso de peso en el primer año. Este proceso no ocurre de forma lineal: los primeros meses suelen ser los más rápidos, luego la pérdida se estabiliza. Lo más importante no es solo bajar de peso, sino mantenerlo a largo plazo, mejorar la salud metabólica y recuperar calidad de vida. La cirugía es el inicio, pero el cambio profundo ocurre cuando el paciente incorpora nuevos hábitos con el apoyo del equipo médico.
7. ¿Se puede quedar embarazada después de una cirugía bariátrica?
Sí, y, de hecho, muchas mujeres que antes tenían dificultad para concebir logran quedar embarazadas después de la cirugía. Esto ocurre porque el peso excesivo y condiciones como el síndrome de ovario poliquístico afectan la fertilidad. Sin embargo, es fundamental esperar al menos 12 a 18 meses después de la cirugía antes de buscar un embarazo, ya que el cuerpo necesita estabilizarse y asegurar que la paciente esté bien nutrida. Durante ese tiempo, hacemos controles médicos regulares para garantizar que todo esté en condiciones óptimas. El embarazo después de una cirugía bariátrica es posible, seguro y saludable con el seguimiento adecuado.
8. ¿Qué tipo de acompañamiento se brinda después de la cirugía?
El acompañamiento es uno de los pilares del éxito. Mis pacientes no están solos en este proceso. Desde el primer día después de la cirugía trabajamos con un equipo interdisciplinario que incluye nutrición, psicología, endocrinología y medicina general. Hay controles regulares, guías alimentarias, evaluaciones emocionales y seguimiento constante. Además, mantenemos una comunicación cercana para resolver dudas y ajustar el tratamiento cuando sea necesario. La cirugía es solo el inicio, lo que realmente transforma la vida es el proceso completo, y ese proceso necesita acompañamiento humano y profesional.
9. ¿Puedo volver a comer “normal” después de la cirugía?
Sí, pero ese “normal” va a ser diferente. Luego de la cirugía, el paciente pasa por una etapa de adaptación progresiva, comenzando con alimentos líquidos, luego purés, y más adelante una alimentación sólida balanceada. Lo que cambia es la cantidad que el cuerpo tolera y la forma en la que responde a ciertos alimentos. El objetivo no es hacer dieta eterna, sino reeducar la relación con la comida. Muchos pacientes descubren que pueden disfrutar de la comida sin excesos, sin ansiedad y con mayor conciencia. Comer se vuelve una experiencia distinta, más conectada con el cuerpo y la salud.
10. ¿La cirugía bariátrica cura enfermedades como la diabetes o la hipertensión?
En muchos casos, sí. Uno de los efectos más impactantes de la cirugía bariátrica es la mejora o remisión de enfermedades crónicas, especialmente la diabetes tipo 2. Hay pacientes que, en pocas semanas tras la cirugía, logran suspender completamente sus medicamentos o reducirlos de forma significativa. Lo mismo ocurre con la hipertensión, el colesterol alto, el hígado graso y la apnea del sueño. No podemos prometer curas absolutas, porque cada caso es distinto, pero sí hay evidencia sólida de que la cirugía bariátrica mejora de forma sustancial la salud metabólica y prolonga la vida.