Las 10 principales enfermedades por obesidad
Como parte del equipo de Global Obesity Group, he dedicado gran parte de mi carrera a entender y tratar las complejidades de la obesidad. Este problema de salud pública, que afecta a millones de personas en todo el mundo, puede desencadenar una serie de enfermedades crónicas que comprometen la calidad de vida de quienes las padecen. La prevalencia de la obesidad ha aumentado de manera alarmante en las últimas décadas, convirtiéndola en uno de los desafíos de salud más significativos de nuestro tiempo. Esto es lo que me lleva a hablar hoy de las enfermedades por obesidad.
La obesidad no discrimina; afecta a personas de todas las edades, géneros y orígenes socioeconómicos. Sin embargo, lo que muchos no comprenden es que el exceso de peso va más allá de ser un problema estético o de autoestima. Las enfermedades por obesidad representan una amenaza directa para la salud.
Mi objetivo, y el de Global Obesity Group, es brindarte información valiosa sobre cómo la obesidad puede afectar tu salud y ofrecerte soluciones efectivas para combatirla.
Espero que entender la obesidad como un factor de riesgo para otras enfermedades ayude a las personas que la tienen a tomar un cambio de actitud y tomar medidas para combatirla. A lo largo de este blog, exploraremos las principales enfermedades asociadas con la obesidad, proporcionando información de cómo el exceso de peso puede ser el detonante de complicaciones serias para su salud. Si estás buscando bajar de peso y mejorar tu bienestar general, estás en el lugar correcto. Te puedo ayudar a llevar una vida más saludable y plena en la que se traten con satisfacción las enfermedades por obesidad.
¿Por qué la obesidad es un problema?
La obesidad, además de ser un número en la báscula, es un problema de salud que puede tener profundas implicaciones en casi todos los aspectos de nuestro bienestar. Durante mis más de 17 años como cirujano bariátrico he visto de primera mano cómo este estado de salud afecta física y emocionalmente y socialmente a las personas. Pero, ¿por qué exactamente es la obesidad un problema tan serio? La respuesta yace en cómo afecta nuestro cuerpo y los riesgos asociados que trae consigo.
El rol del metabolismo en la obesidad
El metabolismo juega un papel crucial en cómo nuestro cuerpo utiliza la energía. En esencia, es el proceso por el cual nuestro cuerpo convierte lo que comemos y bebemos en energía. Las personas con obesidad a menudo tienen un metabolismo que funciona de manera diferente. Por ejemplo, pueden tener resistencia a la insulina, lo que significa que sus cuerpos no pueden usar la insulina eficientemente para ayudar a transportar el azúcar desde la sangre a las células, donde se necesita para energía. Esto puede llevar a un círculo vicioso de aumento de peso, mayor resistencia a la insulina y, eventualmente, a otras enfermedades por obesidad.
La obesidad también puede causar inflamación crónica, un estado que pone al cuerpo en constante «modo de defensa». Esta inflamación puede interferir con el metabolismo y jugar un papel en el desarrollo de enfermedades cardíacas, diabetes y otras condiciones relacionadas con la obesidad.
Factores de riesgo asociados a la obesidad
Las enfermedades por obesidad no son simplemente el resultado de un solo factor, sino de una combinación de muchos, incluyendo genética, estilo de vida y el ambiente en el que vivimos. Algunos de estos factores de riesgo incluyen:
- Dieta poco saludable: El consumo excesivo de alimentos ricos en grasas y azúcares, pero bajos en nutrientes esenciales, contribuye significativamente al aumento de peso y a la obesidad.
- Falta de actividad física: Un estilo de vida sedentario reduce la cantidad de calorías que quemamos y puede contribuir al aumento de peso.
- Genética: La predisposición genética puede jugar un papel en cómo nuestro cuerpo almacena y procesa la grasa.
- Factores psicológicos: El estrés, la ansiedad y otros problemas de salud mental pueden llevar a comportamientos alimentarios que contribuyen a la obesidad.
- Factores socioeconómicos: A menudo, hay una correlación entre el nivel socioeconómico y la obesidad, influenciada por el acceso a alimentos saludables, el tiempo y los recursos para el ejercicio, y la educación sobre nutrición.
La obesidad no es simplemente el resultado de tomar malas decisiones individuales; es el producto de una compleja interacción de factores. Como médico, mi enfoque no está solo en tratar las consecuencias de la obesidad, sino en entender y abordar estas causas subyacentes. Al hacerlo, podemos ofrecer estrategias más efectivas y compasivas para ayudar a las personas a alcanzar y mantener un peso saludable, reduciendo así su riesgo de desarrollar enfermedades asociadas.
10 enfermedades por obesidad
1. Enfermedades por obesidad: Cardiovasculares
Las enfermedades por obesidad cardiovasculares son una de las principales causas de morbilidad y mortalidad a nivel mundial; la obesidad juega un papel crucial en el aumento del riesgo de desarrollar estas condiciones. La obesidad contribuye significativamente a la carga de enfermedades del corazón, incluyendo la hipertensión arterial y la enfermedad coronaria. En la siguiente sección, contaré cómo la obesidad está intrínsecamente vinculada a estas enfermedades y qué podemos hacer para prevenirlas y tratarlas.
Hipertensión arterial y la obesidad
La hipertensión arterial, o presión arterial alta, es una condición en la que la fuerza de la sangre contra las paredes de las arterias es consistentemente demasiado alta. La obesidad puede causar hipertensión de varias maneras. Primero, el exceso de tejido adiposo (grasa) requiere más oxígeno y nutrientes, lo que obliga al corazón a bombear más sangre. Esto aumenta la presión sobre las paredes arteriales. Además, la obesidad puede contribuir a la resistencia a la insulina, lo que puede aumentar la presión arterial al hacer que los cuerpos de las personas retengan más sodio y líquido.
Las consecuencias de la hipertensión arterial son graves y pueden incluir daño a órganos vitales como el corazón, los riñones, el cerebro y los ojos. Sin tratamiento, la hipertensión puede llevar a un ataque cardíaco, accidente cerebrovascular, insuficiencia renal y otras complicaciones.
La prevención y el tratamiento de la hipertensión arterial en personas con obesidad incluyen cambios en el estilo de vida como la pérdida de peso, una dieta saludable baja en sodio, ejercicio regular, y en algunos casos, medicación. La pérdida de incluso una pequeña cantidad de peso puede tener un impacto significativo en la reducción de la presión arterial y mejorías en otras enfermedades por obesidad.
2. Enfermedades por obesidad: coronarias
La enfermedad coronaria ocurre cuando las arterias coronarias, que suministran sangre al corazón, se dañan o enferman. La obesidad aumenta el riesgo de enfermedad coronaria al contribuir a la formación de placa (aterosclerosis) dentro de las arterias, lo que puede reducir o bloquear el flujo de sangre al corazón. Además, la obesidad está asociada con otros factores de riesgo para la enfermedad coronaria.
El manejo de la enfermedad coronaria en personas con obesidad se centra en controlar los factores de riesgo. Esto incluye la adopción de una dieta saludable para el corazón, la práctica regular de ejercicio físico, la pérdida de peso y, si es necesario, medicamentos para controlar la presión arterial, el colesterol y la glucosa en sangre. En algunos casos, pueden ser necesarios procedimientos médicos como la angioplastia o la cirugía de bypass coronario para restaurar el flujo sanguíneo al corazón.
3. Enfermedades por obesidad: Diabetes tipo 2
La diabetes tipo 2 es una enfermedad crónica que afecta la forma en que el cuerpo procesa el azúcar en la sangre (glucosa) y su relación con la obesidad es una de las más estudiadas en el ámbito de la medicina. En mi experiencia como cirujano bariátrico, he visto cómo la obesidad puede ser tanto un precursor como un potenciador de la diabetes tipo 2.
La relación entre la obesidad y la diabetes
La obesidad es un factor de riesgo significativo para el desarrollo de diabetes tipo 2 y de otras enfermedades por obesidad. El exceso de peso, especialmente cuando se acumula alrededor del abdomen, puede causar que las células del cuerpo se vuelvan resistentes a la acción de la insulina. La insulina es una hormona producida por el páncreas que permite que la glucosa de los alimentos que consumimos entre en las células del cuerpo para ser utilizada como energía. Cuando existe resistencia a la insulina, los niveles de glucosa en la sangre pueden aumentar a niveles peligrosos, llevando al desarrollo de diabetes tipo 2.
Además, la obesidad promueve un estado de inflamación crónica en el cuerpo, lo que puede deteriorar la capacidad del páncreas para producir insulina, exacerbando aún más la resistencia a la insulina y el riesgo de diabetes.
La buena noticia es que la diabetes tipo 2 puede ser controlada e incluso prevenida, especialmente cuando se aborda la obesidad. Aquí hay algunas estrategias clave:
- Pérdida de peso: La reducción de peso es fundamental. Perder incluso un 5-10% del peso corporal puede mejorar significativamente la sensibilidad a la insulina y reducir el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2.
- Dieta saludable: Adoptar una dieta rica en frutas, verduras, granos enteros y proteínas magras, y baja en azúcares refinados y grasas saturadas, puede ayudar a controlar el peso y regular los niveles de azúcar en la sangre.
- Actividad física regular: El ejercicio ayuda a controlar el peso, usa el azúcar en la sangre como energía y hace que las células sean más sensibles a la insulina. Se recomienda al menos 150 minutos de actividad moderada a la semana.
- Monitoreo de la salud: Realizar chequeos regulares para monitorear los niveles de azúcar en la sangre y otros factores de riesgo asociados con la diabetes tipo 2, como la presión arterial y el colesterol.
4. Enfermedades por obesidad: Trastornos respiratorios
Entre los diversos desafíos de salud que enfrentan las personas con obesidad, los trastornos respiratorios ocupan un lugar destacado, siendo la apnea del sueño uno de los más comunes y serios. La obesidad puede exacerbar o incluso causar trastornos respiratorios, afectando la calidad del sueño y la salud general de los pacientes.
Apnea del Sueño
La apnea del sueño es un trastorno en el que la respiración se interrumpe repetidamente durante el sueño. Estas interrupciones pueden durar desde unos pocos segundos hasta minutos y ocurren varias veces por hora. La forma más común de apnea del sueño, la apnea obstructiva del sueño (AOS), está directamente relacionada con la obesidad. El exceso de tejido graso en el cuello y alrededor de las vías respiratorias puede obstruir la respiración durante el sueño, lo que lleva a las interrupciones características de la AOS.
Los síntomas de la apnea del sueño incluyen ronquidos fuertes, sensación de asfixia o jadeo durante el sueño, somnolencia diurna excesiva, dolor de cabeza matutino, dificultad para concentrarse y cambios de humor. Dado que estos síntomas a menudo se atribuyen erróneamente a otras causas o se pasan por alto, es crucial estar atentos y buscar evaluación médica si se sospecha de apnea del sueño.
El diagnóstico de la apnea del sueño generalmente implica una evaluación del historial médico y un estudio del sueño, conocido como polisomnografía, que se realiza en un centro especializado o, en algunos casos, con equipos que se pueden usar en casa.
5. Enfermedades por obesidad: Dislipidemias
Las dislipidemias, o trastornos de los lípidos en la sangre, son condiciones en las que hay niveles anormales de lípidos (grasas) en la sangre. Estos desequilibrios pueden aumentar significativamente el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Como parte de nuestro enfoque integral en Global Obesity Group, es crucial entender cómo la obesidad impacta y contribuye a las dislipidemias, y qué podemos hacer para manejar esta condición.
¿Qué hacen los lípidos en la sangre?
Los lípidos son esenciales para el funcionamiento del cuerpo, ya que proporcionan energía, aíslan y protegen los órganos, y forman parte de la estructura de las células. Sin embargo, cuando los niveles de ciertos tipos de lípidos son demasiado altos o bajos pueden surgir problemas de salud. Los principales tipos de lípidos en la sangre incluyen:
- Colesterol LDL (lipoproteína de baja densidad): Conocido comúnmente como "colesterol malo", puede acumularse en las paredes de las arterias, formando placas que las estrechan y endurecen.
- Colesterol HDL (lipoproteína de alta densidad): El "colesterol bueno" ayuda a eliminar el colesterol malo de las arterias.
- Triglicéridos: Otro tipo de grasa en la sangre que, en niveles elevados, puede aumentar el riesgo de enfermedad coronaria.
La obesidad y su impacto en el colesterol y los triglicéridos
La obesidad tiene un papel significativo en el desarrollo de dislipidemias. El exceso de peso, especialmente la grasa abdominal, está asociado con niveles elevados de triglicéridos y colesterol LDL, y niveles bajos de colesterol HDL. Esta combinación es particularmente peligrosa porque aumenta el riesgo de aterosclerosis y, por ende, de enfermedades cardiovasculares.
El tejido adiposo, especialmente el que se encuentra en la región abdominal, es metabólicamente activo y produce hormonas y otras sustancias que pueden afectar negativamente el metabolismo de los lípidos. Por ejemplo, puede aumentar la producción de partículas de VLDL (lipoproteínas de muy baja densidad), que son precursoras del colesterol LDL, y disminuir la eficacia del colesterol HDL para transportar el colesterol fuera de las arterias.
6. Enfermedades por obesidad: Cáncer
El vínculo entre la obesidad y el cáncer es un área de intensa investigación y creciente preocupación en la comunidad médica. La prevención de estos cánceres a través del control de peso es una estrategia para reducir la incidencia y mejorar los resultados de salud a largo plazo.
Tipos de cáncer asociados a la obesidad
La obesidad ha sido vinculada con un aumento en el riesgo de varios tipos de cáncer, incluyendo, pero no limitándose a:
- Cáncer de mama: Especialmente en mujeres posmenopáusicas, la obesidad se ha asociado con un mayor riesgo de cáncer de mama. Se cree que los niveles elevados de estrógenos en mujeres obesas posmenopáusicas juegan un papel importante en este riesgo incrementado.
- Cáncer de colon y recto: La obesidad aumenta el riesgo de cáncer colorrectal tanto en hombres como en mujeres, posiblemente debido a la inflamación crónica asociada con el exceso de peso.
- Cáncer de endometrio: Las mujeres obesas tienen un riesgo significativamente mayor de desarrollar cáncer de endometrio, relacionado nuevamente con los niveles elevados de estrógeno.
- Cáncer de esófago: La obesidad aumenta el riesgo de adenocarcinoma esofágico, probablemente debido a la relación entre el exceso de peso y la enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE).
- Cáncer de riñón: La obesidad es un factor de riesgo conocido para el cáncer de riñón, aunque los mecanismos exactos a través de los cuales influye aún se están investigando.
- Cáncer de hígado: El exceso de grasa corporal también se asocia con un mayor riesgo de cáncer de hígado, posiblemente debido a la enfermedad del hígado graso no alcohólico, que es más común en personas obesas.
7. Enfermedades por obesidad: Hígado graso no alcohólico
La enfermedad del hígado graso no alcohólico (EHGNA) es una condición en la que se acumula grasa en el hígado de personas que beben poco o nada de alcohol. Esta enfermedad puede progresar a formas más graves, como la esteatohepatitis no alcohólica (EHNA), la fibrosis y finalmente la cirrosis.
¿Cómo afecta la obesidad al hígado?
La obesidad afecta al hígado de varias maneras significativas. Primero, el exceso de grasa corporal, especialmente la grasa visceral alrededor del abdomen, promueve la acumulación de grasa en el hígado. Esta acumulación de grasa puede inflamar el hígado y causar daño a sus células. Además, la obesidad a menudo se asocia con resistencia a la insulina, lo que puede aumentar la acumulación de grasa en el hígado y empeorar la EHGNA.
La obesidad también puede contribuir a un estado de inflamación crónica en el cuerpo, lo que agrava aún más el daño hepático. Con el tiempo, la inflamación crónica y el daño celular pueden llevar a cicatrización (fibrosis), que puede progresar a cirrosis, una condición potencialmente mortal.
Bajar de peso como tratamiento para el hígado graso
El tratamiento de la EHGNA se centra en abordar las causas subyacentes de la enfermedad, principalmente a través de cambios en el estilo de vida para lograr una pérdida de peso sostenible. Aquí hay algunas estrategias de tratamiento que recomendamos para todas las enfermedades por obesidad:
- Pérdida de peso: La pérdida de peso es el pilar del tratamiento para la EHGNA. Reducir solo el 5-10% del peso corporal puede mejorar significativamente la grasa en el hígado, la inflamación y la fibrosis.
- Dieta saludable: Adoptar una dieta rica en frutas, verduras, granos enteros y proteínas magras. Limitar la ingesta de azúcares añadidos, grasas saturadas y carbohidratos refinados puede ayudar a reducir la grasa hepática.
- Actividad física: El ejercicio regular ayuda a perder peso y puede mejorar directamente la salud del hígado, incluso sin pérdida de peso significativa. Se recomienda la actividad física moderada a intensa la mayoría de los días de la semana.
- Control de condiciones asociadas: Es importante manejar otras condiciones que pueden empeorar la EHGNA, como la diabetes tipo 2, la hipertensión y el colesterol alto.
8. Enfermedades por obesidad: Osteoartritis
La osteoartritis, una de las formas más comunes de artritis, se caracteriza por el deterioro del cartílago articular, el tejido que amortigua los extremos de los huesos en las articulaciones. A medida que el cartílago se desgasta, los huesos pueden rozar entre sí, causando dolor, inflamación y dificultad para mover la articulación.
La obesidad ejerce una presión adicional sobre las articulaciones, especialmente en las rodillas, caderas y espalda baja, que son áreas comúnmente afectadas por la osteoartritis. Este exceso de peso puede acelerar el desgaste del cartílago en estas articulaciones, llevando a un inicio más temprano y a una progresión más rápida de la osteoartritis. Además, la obesidad puede provocar inflamación sistémica, lo que también puede contribuir al deterioro del cartílago.
9. Enfermedades por obesidad: Problemas de salud mental
La relación entre la obesidad y la salud mental es compleja y bidireccional. En Global Obesity Group, reconocemos que el manejo efectivo de la obesidad también implica ofrecer un sólido apoyo para la salud mental de nuestros pacientes; por esta razón también contamos en nuestro equipo con psicólogas y psiquiatras expertas en pacientes con obesidad y sobrepeso.
La depresión y la ansiedad, en particular, son condiciones que frecuentemente coexisten con la obesidad.. La obesidad puede ser tanto una causa como una consecuencia de problemas de salud mental. Por un lado, el estigma social y la discriminación asociados con el exceso de peso pueden llevar a sentimientos de aislamiento, baja autoestima y depresión. Por otro lado, personas que sufren de depresión o ansiedad pueden recurrir a la comida como una forma de autoconsuelo, lo que puede llevar al aumento de peso y, eventualmente, a la obesidad.
La depresión y la ansiedad también pueden hacer que sea más difícil para una persona mantener un estilo de vida saludable, ya que estas condiciones pueden disminuir la motivación para hacer ejercicio, comer bien o buscar tratamiento para la obesidad. Este ciclo de obesidad y problemas de salud mental puede ser difícil de romper sin el apoyo adecuado.
En Global Obesity Group ofrecemos un enfoque integral para el tratamiento de la obesidad, que incluye apoyo para la salud mental. Aquí hay algunas estrategias y recursos que recomendamos:
- Asesoramiento psicológico: La terapia con un psicólogo o psiquiatra puede ayudar a abordar los problemas subyacentes de la depresión y la ansiedad, ofreciendo estrategias para manejar el estrés, mejorar la autoestima y cambiar los comportamientos alimentarios no saludables.
- Grupos de apoyo: Participar en grupos de apoyo con personas que enfrentan desafíos similares puede proporcionar una valiosa sensación de comunidad y comprensión, reduciendo los sentimientos de aislamiento.
- Actividad física: El ejercicio regular no solo es crucial para la pérdida de peso, sino que también ha demostrado ser efectivo en la reducción de los síntomas de la depresión y la ansiedad, gracias a la liberación de endorfinas que mejoran el estado de ánimo.
- Medicación: En algunos casos, pueden ser necesarios medicamentos para tratar la depresión o la ansiedad. Es importante abordar estos problemas con un profesional de la salud para encontrar el tratamiento más adecuado.
- Educación y recursos en línea: Proporcionamos acceso a una amplia gama de recursos educativos y herramientas en línea para ayudar a nuestros pacientes a entender mejor la interacción entre la obesidad, la depresión y la ansiedad, y cómo manejar estas condiciones.
10. Enfermedades por obesidad: Problemas reproductivos
La obesidad tiene un impacto significativo en la salud reproductiva, tanto en mujeres como en hombres. Una mejora en la salud reproductiva es una parte crucial del tratamiento de la obesidad. La relación entre la obesidad y la fertilidad es compleja, afectando diversos aspectos de la salud reproductiva y hormonal.
Efectos en la fertilidad femenina y masculina
En las mujeres, la obesidad puede afectar la fertilidad de varias maneras. Puede causar irregularidades en el ciclo menstrual y ovulatorio, reduciendo las oportunidades de concebir. La obesidad también está asociada con el síndrome de ovario poliquístico (SOP), una de las causas más comunes de infertilidad femenina, que puede afectar la ovulación y aumentar el riesgo de complicaciones durante el embarazo.
En los hombres, la obesidad puede disminuir la calidad del esperma, reduciendo tanto la concentración como la movilidad de los espermatozoides, lo que puede dificultar la concepción. Además, el exceso de peso está relacionado con niveles más bajos de testosterona y otros desequilibrios hormonales que pueden afectar la fertilidad masculina.
Tratamiento integral de la obesidad
En Global Obesity Group entendemos que la obesidad es una enfermedad multifacética que requiere un enfoque integral para su tratamiento. Nuestro objetivo es proporcionar a nuestros pacientes las herramientas y el apoyo necesarios para lograr y mantener una pérdida de peso saludable y sostenible. Esto incluye una combinación de asesorías de expertos en diversas disciplinas, así como opciones de tratamiento médico y quirúrgico avanzado.
Un nutricionista especializado en obesidad puede diseñar un plan de alimentación personalizado que se ajuste a las necesidades individuales, preferencias y metas de pérdida de peso de cada paciente, promoviendo hábitos alimenticios saludables y sostenibles.
Dado que la obesidad a menudo tiene componentes emocionales y psicológicos, el apoyo de un psicólogo o psiquiatra puede ser crucial. Estos profesionales pueden ayudar a abordar los comportamientos alimentarios no saludables, mejorar la relación con la comida y gestionar cualquier trastorno de salud mental asociado.
Un endocrinólogo puede evaluar cómo las condiciones hormonales afectan el peso y viceversa, ofreciendo tratamientos que ayuden a equilibrar los aspectos metabólicos y endocrinos de la obesidad.
La actividad física es esencial para el tratamiento de la obesidad. Un especialista en ejercicio puede crear un programa de actividades físicas adaptado a las capacidades y objetivos de cada persona, fomentando un estilo de vida activo.
Opciones de tratamiento médico y quirúrgico
Para algunos pacientes, los cambios en el estilo de vida y el apoyo especializado pueden no ser suficientes para lograr una pérdida de peso significativa. En estos casos, podemos considerar opciones de tratamiento médico y quirúrgico, como:
Este procedimiento implica la inserción de un balón suave y expandible en el estómago, el cual se llena con solución salina para ayudar a sentirse lleno más rápidamente y consumir menos alimentos. Es una opción temporal que se utiliza generalmente durante seis meses.
Este procedimiento quirúrgico reduce el tamaño del estómago, limitando la cantidad de alimentos que se pueden consumir y promoviendo una sensación de saciedad más rápida. Es una opción permanente que requiere un compromiso a largo plazo con cambios en el estilo de vida.
En este procedimiento, se redirige una parte del sistema digestivo para limitar la absorción de alimentos. Esto no solo reduce la cantidad de comida que el estómago puede contener, sino que también disminuye la cantidad de nutrientes y calorías absorbidas.
La actividad física es esencial para el tratamiento de la obesidad. Un especialista en ejercicio puede crear un programa de actividades físicas adaptado a las capacidades y objetivos de cada persona, fomentando un estilo de vida activo.
La obesidad es una epidemia global que afecta a millones de personas, comprometiendo su calidad de vida y aumentando el riesgo de numerosas enfermedades crónicas. Desde enfermedades cardiovasculares y diabetes tipo 2 hasta trastornos respiratorios y problemas reproductivos, las consecuencias de la obesidad son vastas y profundamente impactantes. Sin embargo, lo más importante que debemos recordar es que la obesidad es tratable y, en muchos casos, prevenible.
Creo firmemente en el poder de un enfoque integral para el tratamiento de la obesidad, que no solo se centra en la pérdida de peso, sino también en mejorar la salud general y el bienestar de nuestros pacientes.
La obesidad no define quién eres; es una condición que puedes controlar y superar con el apoyo adecuado. Te invitamos a unirte a nosotros en Global Obesity Group para comenzar tu transformación hacia una vida con menos enfermedades por obesidad. Tu salud y bienestar son nuestra máxima prioridad, y estamos comprometidos a ayudarte a alcanzar tus objetivos de salud.
